Madrugón a las cinco de la mañana. Cuarenta minutos después nos metían en un coche, un tanto espachurraos, pero nos dejan en el enorme aeropuerto de Kunming.
Afortunadamente tenía tiempo porque no ha sido tan fácil facturar el vuelo. Había que pasar antes por otra ventanilla que desconocía. Afortunadamente en el aeropuerto siempre hay empleados que hablan inglés.
El tiempo no auguraba nada bueno.
La ciudad es muy visitada por los alrededores, bosques espectaculares, pero con este tiempo y las horas de autobús necesarias no parece buena idea, así que mañana me lo tomaré con más calma aún de la que me tomado hoy y veré lo que me falta de la ciudad y también descansaré, que me hace falta de verdad.
Tenía dudas sobre si finalmente llegaría o no a Shangri-la. Este vuelo hacia Shangri-la y Lhasa, por lo que si ocurría lo mismo que ayer, acabaría de nuevo en el Tibet... Pero finalmente he aterrizadoben Shangri-la.
Desde aquí, maximo 1.300 metros...
Shangri-la está dituada al Norte de la región de Yunnan y está muy cerca de la frontera del Tibet por lo que son medio tibetanos. También está a pocos kilómetros de la frontera de Myanmar, la antigua Birmania.
Esta ciudad tiene varias curiosidades. La primera y más notable es el nombre, que no es el original de la ciudad ya que lo inventó el escritor James Hilton en su libro "Horizontes perdidos". Shangri-la viene a ser el paraíso para la gente del Himalaya.
Lo segundo más destacable es que su centro antiguo es casi 100% de madera y en 2014, hace apenas tres años, hubo un terrible incendio y prácticamente destruyó toda la ciudad.
Ahora casi todo son réplicas y aunque hay un montón de reformas en marcha, también hay muchísimos locales vacíos en alquiler. Supongo que tras el incendio, el turismo pasaría unos años difíciles.
Por la mañana he podido hacer algunas cosas, como llevar la ropa a la lavandería, cosa que en otro lugar es sencillo, pero aquí me ha costado encontrarlo y más aún hacerme entender que lo necesito para mañana. A los chinos les pasa lo mismo que a los españoles con el inglés y creen que hablando chino despacio les vamos a entender. Incluso me lo escribía en letras grandes... pero con símbolos chinos...
Después de hacer un recorrido para conocer el casco antiguo, que es donde está mi hotel, muy bonito por cierto, he comido algo pronto y me he hecho una siesta mientras caía una tormenta con espectaculares truenos. Por el bestial sonido creo que han caído varios rayos muy cerca. Posiblemente esa sería la causa del incendio que destruyó la ciudad... Habrá que averiguarlo.
Los colores tibetanos están en todas partes...
Todos los edificios tienen esas puertas de madera con las que cierran sus establecimientos cuando acaba la actividad.
Por la tarde me he dedicado más a patear la zona nueva y he vuelto cerca del hotel a cenar. Los chinos, que son los turistas de aquí, no se acuestan muy tarde y a las once de la noche ya quedaba muy poca gente en la calle.
Plaza principal de la ciudad. Llovía y todos nos resguardábamos a la entrada del templo, que visitaré mañana.
El templo, quizás se observa en la foto el fuerte viento que agitaba en ese momento las praying flags.
La calle de mi hotel, poco después de las 11 de la noche... sólo tenia 3 turistas borrachos tras de mí... es una ciudad muy tranquila y segura... como casi todas las de China.
La ciudad es muy visitada por sus alrededores con bosques espectaculares, pero con este tiempo y las horas de autobús necesarias para visitarlos, no parece buena idea, así que mañana me lo tomaré con más calma aún que hoy y veré lo que me falta de la ciudad y descansare, que también hace falta.
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