Hoy abandono la China continental como primer paso del regreso a casa. He tomado un taxi, que me han pedido desde el hotel, con destino al aeropuerto, por el que he pagado 90 yuanes, que son 12 euros. Iba entretenido y no me he fijado cuánto ha tardado, pero no debe ser más de media hora. El tráfico era fluido pese a salir pocos minutos después de las 9 de la mañana.
Aeropuerto de Kunming.
En el aeropuerto de Kunming he precintado mi mochila, aquí en China no las plastifican, pero el precinto con cintas hace casi el mismo papel y solo pagas 2 euros. El check-in ha sido rápido y la aduana también, aunque he tenido que hacer dos veces la cola porque no había rellenado un pequeño papel de salida del país.
En el control de seguridad de nuevo me han pillado un mechero. Me queda otro en la mochila facturada.
Los vuelos a Hong Kong obviamente son tratados como internacionales desde la China continental.
Con ésto, mi visado de una sóla entrada a China, ha expirado. Hong Kong, como Macao o Taiwán, no necesitan visado, pero tampoco puedo volver a la China continental... Necesitaría un nuevo visado.
El avión, de la compañía low cost HK Express, como viene siendo habitual en mis vuelos en este país, sale con poco más de media hora de retraso.
Siguen ganando terreno al mar en Hong Kong. Esta es la isla de Lantau, donde está el aeropuerto.
Ya conozco Hong Kong, estuve unos días, ahora hace dos años, y me parece que es la ciudad perfecta para una escala de menos de un día. Sé como moverme por la ciudad, con lo que todo es más fácil y rápido.
Como no tengo mucho tiempo, cojo un taxi, 28 euros. Lo más fácil en Hong Kong para ir del aeropuerto a la ciudad y viceversa, es coger el autobús, pero con el taxi no tengo que buscar el hotel.
Mi hotel, por llamarlo de alguna forma, está perfectamente situado en Jordán Road, casi esquina con Nathan Road. Un sitio bastante movido porque tiene el Night Market a dos calles, pero para una noche es una ubicación ideal.
En cuanto dejó las cosas salgo a dar un paseo por las calles tan ambientadas de esta zona. La temperatura por la tarde, 31 grados, es algo asfixiante por la altísima humedad.
El tráfico, como siempre en esta zona, colapsado con decenas de autobuses de dos pisos. Estoy seguro de que no hay ciudad en el mundo con tanto transporte urbano y que se utilice tanto.
Después me voy a Tsim Sha Tsui, que es la zona más comercial, donde están los mejores hoteles y las enormes tiendas de marca. Esta solo a un kilómetro de mi hotel y las calles sin rios de gente.
A las ocho empieza el espectáculo diario del juego de luces y sonidos en el skyline de la isla de Hong Kong. Personalmente me encanta ese skyline, tanto de día como de noche, pero el espectáculo en sí, no me dice gran cosa, lo mejor es que junto al canal corre una brisa muy agradable que refresca el ambiente.
De cualquier forma, allí estaba, como miles de personas que se acercan a verlo y llenan las orillas de Kowloon. Ahora hay como una especie de pasarela, que no recuerdo haberla visto la otra vez que estuve, para que pueda verlo más gente.
No hay tiempo para más. Los restaurantes de esa parte de la ciudad están a reventar por lo que vuelvo a Jordan Road, y después de cenar y dar una vueltecita por el Night Market y sus decadentes calles llenas de luces de neón con caracteres chinos, es hora de irme a dormir, porque aunque ya he recibido un aviso de que mi vuelo lleva 45 minutos de retraso, conviene ir pronto al aeropuerto. Me levantaré a las 5,30 a ver si puedo tomar café por aquí antes de ir.
Bueno , pues te esperamos en casa para además de las fotos, escuchar tus historias, Buen viaje.
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